El Quiromasaje es una técnica manual indicada, básicamente, para trabajar a nivel muscular y circulatorio, sin olvidar el notable efecto de relajación general que produce. Estos tres motivos son los que convierten a esta técnica en una de las más solicitadas en el ámbito de las terapias manuales.
A la hora de realizar un Quiromasaje, debemos asegurar tanto el bienestar del usuario/a como el nuestro como terapeutas, por ello es muy importante evitar los errores que os comentamos a continuación.

Si ya eres Quiromasajista, seguramente sabes cómo evitarlos, pero siempre nos va bien un recordatorio, y si aún no estás formado en el ámbito del Quiromasaje, ten muy en cuenta estos consejos que te damos a continuación:

  • ¡Prepara tus manos!
    Es un error no prepararlas. Todo profesional sabe que sus herramientas son básicas para realizar un buen trabajo y que éstas deben estar siempre en perfecto estado. Las herramientas de un Quiromasajista son sus manos.

Uno de los cuidados esenciales es la hidratación. El cuidado de la piel de las manos es básico para que el contacto con la piel del usuario sea más agradable.
Realizar ejercicios de preparación a nivel muscular y tendinoso, se hace imprescindible para evitar posibles lesiones si realizas masajes, tanto habitualmente como si son de forma esporádica.
Recuerda, antes de comenzar un masaje es recomendable realizar una “gimnasia de manos” para preparar las estructuras músculo– esqueléticas que componen las manos y la extremidad superior en general.

 

  • ¡Protege TU espalda!

Una vez, uno de nuestros profesores nos preguntó:¿cuál es la espalda más importante, la vuestra o la de vuestro usuario?
¡La respuesta correcta es la nuestra!.
Si nosotros no estamos cómodos, difícilmente podremos ayudar a la persona a quien queremos ayudar aplicando el masaje. Por ello la ergonomía de nuestra cintura pélvica, cintura escapular (que deben mantenerse paralelas) y de nuestra espalda en general, será básica para adoptar una buena posición de trabajo.
Realizar el masaje sobre una camilla es lo ideal, con la altura adecuada a nosotros. Trabajar sobre una cama puede parecer muy confortable, y lo es para el usuario/a, pero no lo es en absoluto para el terapeuta.

  • ¡Máxima presión no significa mejor efecto!

Aunque cada vez más personas entiendan mejor este concepto, muchas otras aún continúan pensando que si no duele cuando te realizan un Quiromasaje, no se obtiene ningún efecto.
La presión que ejerceremos en el Quiromasaje dependerá de cada persona: de su sensibilidad, posible dolencia, zona corporal, etc. Es el terapeuta el que debe adaptarse al usuario/a y no al revés.
Aunque hay técnicas manuales que se aplican produciendo dolor, el Quiromasaje debe adaptarse al umbral del dolor del usuario, respetando en todo momento su sensibilidad. Aplica la técnica con la máxima profundidad posible, sí, pero sin que produzca dolor y evitarás la acción involuntaria de defensa del propio organismo que con frecuencia genera contracturas reflejas.

  • ¡Más tiempo no siempre es lo mejor!

¿Quién no ha pensado, cuando le están realizando un Quiromasaje, ¡¡ojalá no se acabara nunca!!
Pues bien, mucho tiempo sometidos a la presión de las manos del masajista, manteniendo una posición fija en la camilla, puede llegar a producir malestar e incluso dolores óseos y/o articulares y estancamientos circulatorios.
Lo ideal es no excederse en el tiempo, como máximo 60 o 90 minutos si se trabaja a nivel general o bien 30 o 45 minutos si el tratamiento es local. Todo lo que sobrepase de ese tiempo, puede generar cansancio, y no únicamente en el usuario/a, sino también en el masajista, y por tanto que disminuya su efectividad.

Hay también un tiempo importante a tener en cuenta: tanto los 5 minutos, mínimo, para que el usuario/a que acaba de recibir un masaje pueda descansar antes de volver a su actividad normal; y el que hace referencia al tiempo de descanso entre tratamientos. Si vas a realizar más de un masaje, sería conveniente descansar un mínimo de 15 minutos entre tratamientos, beber al menos un vaso de agua para mantenernos hidratados y estar preparados para darlo todo en nuestro siguiente masaje.

  • ¡Mantente concentrado/a mientras realizas tu masaje!

Parece obvio, pero vale la pena recordarlo. Si estás disperso/a, el resultado de tu trabajo no será el mismo, será de peor calidad. Dedica los primeros minutos para realizar las preguntas que necesites (la anamnesis o interrogatorio) y así, saber qué necesita y por qué esa persona acude a vosotros. Asegúrate que no presenta una alteración que contraindique la aplicación del Quiromasaje (un signo de exclusión) y durante el tratamiento… ¡Céntrate en el trabajo!

Al final, reserva unos minutos para preguntarle cómo se encuentra y ofrécele los consejos que puedas darle para ayudarle, como por ejemplo qué estiramientos le irían bien o qué grupos musculares debería potenciar. Si habéis estado centrados/as durante el trabajo, los habréis notado seguro.

 

¡Esperamos que estos consejos os sean de utilidad!

Arseni Sánchez y Marifé López

Espai Manual

 

Deja un comentario