El uso de la Aromaterapia y los aceites vegetales es una muy buena opción para nuestra piel siempre, pero durante el verano, cuando los efectos del sol pueden afectarla de forma tan directa, se convierte en un precioso tándem.

Por desgracia tenemos tendencia a olvidar que la piel tiene memoria, recuerda todas las horas de sol a las que hemos estado expuestos. Necesitamos el sol para nuestros procesos vitales, pero hay que protegerla, debido a que las secuelas del sol pueden ser realmente importantes.

Nuestra piel es un órgano, el mayor de todo nuestro organismo, y desempeña funciones vitales:

    • Protección: es la barrera que nos separa del medio externo
    • Excreción: tiene función depuradora
    • Órgano sensorial: en la piel existen gran multitud de receptores nerviosos encargados de informar sobre las diferentes sensaciones que percibimos (frío, calor, tacto, temperatura, etc.)
    • Regulación: nos ayuda a regular la temperatura corporal

Los factores que afectan a la salud de nuestra piel son muchos y variados, entre ellos:

    • Factores externos: sol, frío, humedad ambiental, viento y los cuidados externos que le ofrecemos
    • Factores internos: herencia genética, edad, dieta, hidratación, estado emocional

Algunos de estos factores no los podemos cambiar, como la herencia genética, pero otros dependen de nosotros, como la hidratación, la dieta o los cuidados externos que le dediquemos.

En cuanto a la dieta, deberíamos ser plenamente conscientes de lo importante que es una correcta alimentación para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Y sobre la importancia de la hidratación…. Qué más decir que no sepáis, somos un 70% agua, así que es evidente que, si no mantenemos el cuerpo bien hidratado, sufrirá.

Cuidados externos: ¿por qué son tan adecuados para la piel los aceites vegetales?

Los organismos vivos estamos constituidos por células, la unidad funcional de vida más pequeña. Un cuerpo humano cuenta con billones de células y cada una de ellas está rodeada de una membrana, que la aísla del medio extracelular y permite el intercambio de substancias necesarias para que pueda llevar a término sus funciones. Esta “fascinante” membrana, es la respuesta a muchas preguntas sobre cómo funciona la vida a nivel fisiológico.

Uno de los componentes mayoritarios de esta membrana plasmática, son los fosfolípidos, unos compuestos de naturaleza grasa. De ahí la facilidad que tienen determinadas substancias grasas para penetrar en nuestra piel y llegar a las células.
Los aceites vegetales están constituidos por ácidos grasos, los pilares con los que construimos nuestros lípidos. Si la membrana plasmática funciona bien, la célula tendrá más fácil la realización de sus funciones y por tanto todo nuestro organismo también.

¿Qué aceites vegetales elijo para ayudar a mi piel después del sol?

Cualquier aceite vegetal es un “manjar” para nuestra piel, sobre todo si ha estado expuesta al sol. Idealmente usa los que sean ecológicos, de primera presión en frío y de buena calidad, tanto para ingerirlos como para aplicarlos externamente. Podemos usar, por ejemplo:

    • Aceite de jojoba (Simmondsia chinensis): ideal tanto para pieles grasas como secas. Perfecto para la piel del rostro
    • Aceite de coco (Cocos nucifera): empieza a solidificarse a temperaturas menores a 25 grados. Actualmente muy de moda para múltiples usos, todos ellos fantásticos: para la piel, el cabello e incluso para limpieza bucal
    • Aceite de almendras dulces (Prunus dulcis): es el aceite vegetal más habitual, incluso para la piel de bebés y pieles sensibles. ¡Ojo!, está contraindicado en caso de tener alergia a los frutos secos
    • Aceite de semilla de uva (Vitis vinífera): es algo menos graso que el de almendras dulces, por lo que es un óptimo aliado para mezclas de masaje con Aromaterapia
    • Aceite de aguacate (Persea americana): muy indicado para pieles maduras
    • Aceite de rosa mosqueta (rosa rubiginosa): uno de los aceites vegetales más conocidos a nivel mundial, por sus magníficos efectos regenerantes, cicatrizantes y antienvejecimiento.

En Aromaterapia, los aceites vegetales son el vehículo que permite la aplicación de los aceites esenciales sobre la piel, diluyéndolos y facilitando su penetración.

¿Qué aceites esenciales elijo para mi piel después del sol?

Los aceites esenciales no tienen las mismas características que los vegetales y aunque se denominen aceites, no están constituidos por ácidos grasos, sino por otro tipo de familias químicas, muchísimo más variadas y con unas características terapéuticas muy potentes.

La Aromaterapia: “el uso de aceites esenciales con finalidad terapéutica”, a nivel físico, posee un gran potencial curativo por el hecho de estar repleta de compuestos orgánicos totalmente afines a nuestra piel y por ello capaces de traspasarla y llegar al torrente circulatorio, donde ejercerán sus efectos.
De los cientos de aceites esenciales que existen, os proponemos:

    • Aceite esencial de lavanda (Lavandula angustifolia): gran equilibrador y calmante, a todos los niveles. Sobre la piel actúa como un potente regenerador cutáneo y cicatrizante. Si la piel está enrojecida por el sol, en la mezcla de aceites, la lavanda jugará un importante papel
    • Aceite esencial de espliego (Lavandula spicata): habitualmente se confunde con la lavanda, pero son especies diferentes. El espliego es de los mejores aceites esenciales a utilizar ante una quemadura, es un cicatrizante excepcional
    • Aceite esencial de árbol de té (Malaleuca alternifolia): de las múltiples propiedades que posee este increíble aceite esencial, para el cuidado de la piel después del sol destacamos su efecto radioprotector y cicatrizante
    • Aceite esencial de mirra (Commiphora molmol): resina de aroma dulce y especiado. Es antiinflamatorio, regenerador celular y capaz de ayudar a mejorar la resistencia de la piel
    • Aceite esencial de incienso (Boswellia carterii): utilizado habitualmente por su efecto facilitador ante estados meditativos. Sobre la piel, mejora su textura y la reafirma. Es un fantástico compuesto antienvejecimiento
    • Aceite esencial de jara (Cistus ladaniferus): tiene un aroma muy especial, profundo e intenso. Es un cicatrizante excepcional y potente regenerador cutáneo. Útil ante envejecimiento cutáneo y flacidez

¿Cómo hacer una preparación de aceite vegetal con aceites esenciales?

Los aceites esenciales no se aplican directamente sobre la piel, así que prepararemos una mezcla de aceites esenciales con aceite vegetal. Será importante utilizar una concentración adecuada, para no irritar la piel, sobre todo si la mezcla de aceites está pensada para la zona facial.

Os proponemos varias mezclas:

Corporal:

    • 50 ml. Aceite de semilla de uva
    • 10 gotas de aceite esencial de lavanda
    • 10 gotas de aceite esencial de incienso
    • 5 gotas de aceite esencial de jara

Facial:

    • 50 ml. Aceite de jojoba
    • 5 gotas de aceite esencial de lavanda
    • 5 gotas de aceite esencial de incienso
    • 2 gotas de aceite esencial de jara

Corporal:

    • 50 ml. Aceite de coco
    • 12 gotas de aceite esencial de espliego
    • 8 gotas de aceite esencial de mirra
    • 5 gotas de aceite esencial de árbol del té

Facial:

    • 25 ml. Aceite de coco
    • 25 ml. Aceite aguacate
    • 6 gotas de aceite esencial de espliego
    • 4 gotas de aceite esencial de mirra
    • 2 gotas de aceite esencial de árbol del té

Una vez realizada la preparación, agítala bien y ya está preparada para su uso. Mantenla tapada y resguardada de fuentes de luz y calor.

PRECAUCIONES:

    • Los aceites esenciales no deben ser ingeridos, excepto bajo prescripción médica
    • Están contraindicados si tienes alergia a alguno de estos compuestos
    • Evitar que la mezcla entre en contacto con los ojos
    • Si tu piel es sensible puedes reducir notoriamente el número de gotas de aceite esencial
    • Son mezclas pensadas para ayudar a tu piel a recuperarse después del sol, no para ir a tomarlo, ya que no poseen filtro solar
    • Como precaución, mejor no aplicarlo en niños menores de 3 años

La concentración utilizada en las muestras que os hemos propuesto es del 2,5%, una concentración muy segura y de uso habitual en Aromaterapia; pero aún así, idealmente, antes de aplicar la mezcla en una superficie grande de piel, prueba en una zona pequeña como la zona interna del antebrazo. En ningún momento debe producir picor o irritación.

¡Esperamos que os animéis a disfrutar de los efectos de la Aromaterapia!

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