Como en cualquier otra enfermedad crónica, encontrar remedios que disminuyan los síntomas asociados a la patología, puede ayudar enormemente a mejorar la calidad de vida.
Tanto la técnica del Quiromasaje como la Aromaterapia, ofrecen interesantes efectos, aunque el uso combinado de ambas, utilizado correctamente, potencia los resultados que conseguiríamos con cada una de estas terapias por separado.

¿Qué es la artrosis?    

La artrosis es una alteración degenerativa, comúnmente asociada a la edad avanzada, aunque ésta no es la única causa. De forma progresiva va lesionándose y desapareciendo el cartílago articular, el tejido encargado de recubrir los extremos de los huesos, que permite que las articulaciones funcionen correctamente.
Los signos más característicos son dolor y limitación de la movilidad.

Las zonas corporales donde es más frecuente encontrar el proceso de artrosis son las rodillas, cadera, manos y columna vertebral.

Los factores mayoritarios que propician su aparición son: edad, sobrepeso, componente genético, lesiones previas, falta de ejercicio y menopausia.

Ante esta patología, será importante que la persona que lo padece controle su peso y realice el ejercicio adecuado para ella, entre otras medidas de higiene; siempre con asesoramiento del médico especialista.
Además de la opción farmacológica existente, tanto de acción rápida ante crisis de dolor, como de acción lenta, con substancias que ralentizan la pérdida de cartílago, existen alternativas naturales que pueden ayudar a aliviar los síntomas.

¿Qué puede aportar la Aromaterapia?

La aromaterapia es el uso de aceites esenciales con una finalidad terapéutica.

Los aceites esenciales (AE) son substancias extraídas de plantas. Poseen multitud de principios activos, y aplicados sobre la piel, penetran hacia el torrente sanguíneo, donde producirán sus efectos.

Cada AE tiene diferente composición y por tanto distinto efecto terapéutico. Elegiremos AE con propiedades antiinflamatorias, antiálgicas, relajantes musculares y que generen activación de la circulación.

Podríamos encontrar otros AE que podrían sernos de utilidad, pero os proponemos:

  • Romero (Rosmarinus officinalis, quimiotipo alcanfor. Es un AE extremadamente versátil. En este caso lo utilizaremos por sus propiedades antiálgicas y estimulantes de la circulación. El quimiotipo alcanfor actúa como relajante muscular.
  • Jengibre (Zingiber officinale). Aporta calor, estimula la circulación, antiálgico y antiinflamatorio.
  • Naranja dulce (Citrus sinensis). Su aroma cítrico siempre es una delicia. Posee un interesante efecto sedante sobre el sistema nervioso.
  • Lavanda (Lavandula angustifolia). Es un AE muy equilibrante y relajante del sistema nervioso. También posee propiedades antiinflamatorias.
  • Eucaliptus azul (Eucaliptus citriodora). Es un AE conocido por sus propiedades como repelente de mosquitos, pero no olvidemos que también es un potente antiinflamatorio, lo que le convierte en un componente habitual en fórmulas para aliviar dolor e inflamación.
  • Gaultheria o Wintergreen (Gaultheria procumbens). Es el AE antiinflamatorio por excelencia.

Son substancias naturales, muy concentradas, que requieren de una manipulación cuidadosa. Debe tenerse en cuenta:

  • Nunca se aplican AE directamente sobre la piel
  • Qué AE utilizo
  • En qué concentración
  • Con qué frecuencia
  • En qué zona lo aplicaré
  • Tipo de piel del paciente

Para realizar una mezcla con AE con la que podamos trabajar sobre la piel, necesitamos un aceite vegetal que nos sirva de vehículo. El más fácil de encontrar es el aceite de almendras dulces.

Usaremos una concentración al 4%, algo superior a la concentración estándar. En la primera sesión vigilaremos que no tenga ningún tipo de reacción adversa: rojez que perdura, molestia o picazón. Si es así, no se podrá utilizar esta fórmula y deberíamos revisar de nuevo la concentración, disminuyéndola, e incluso eliminar algún AE.

Para un frasco de 60 ml., idealmente en vidrio opaco:

  • 50 ml. aceite almendras dulces (Prunus dulcis)
  • 40 gotas en total de AE:
    • 8 gotas de AE naranja dulce (Citrus sinensis)
    • 8 gotas de AE romero alcanfor (Rosmarinus afficinalis QM alcanfor)
    • 5 gotas de AE lavanda (Lavandula angustifolia)
    • 9 gotas de AE eucaliptus azul (Eucaliptus citriodora)
    • 5 gotas de AE gaultheria o wintergreen (Gaultheria procumbens)
    • 5 gotas de AE jengibre (Zingiber officinale)

Tapar el frasco y agitar bien. Ya estará preparado para su uso.
Puedo aplicar este preparado sobre la zona afectada, realizando fricciones, pero para conseguir un efecto mejor y más duradero, la aplicación de esta fórmula irá acompañada de Quiromasaje.

¿Qué efectos tiene el Quiromasaje?

Es una técnica manual que combina diferentes maniobras realizadas con las manos para generar un efecto a nivel local y/o general.
Para realizar el quiromasaje utilizamos un lubricante que permita el correcto deslizamiento de nuestras manos sin dañar la piel. La preparación con Aromaterapia se convierte en el lubricante perfecto para este trabajo.

El Quiromasaje activa la circulación y estimula el sistema nervioso, produciendo un efecto general de relajación. Además, a nivel muscular, cuando el músculo está contracturado, el quiromasaje sobre la zona alivia la tensión muscular y por consiguiente reduce la congestión y la sensación dolorosa.

La combinación: Quiromasaje – Aromaterapia, es tan útil en procesos artrósicos, como puede llegar a serlo en otras alteraciones osteo-articulares y/o musculares en fase crónica.

Siempre teniendo en cuenta que será importante elegir correctamente qué tipo de aceites esenciales utilizo, la concentración y la frecuencia de aplicación, así como las maniobras de Quiromasaje que decidimos aplicar, tanto en secuencia como en profundidad.

Cada problema y cada persona debe tratarse de forma individual y específica.

Marifé López y Arseni Sánchez
Espai Manual

 

 

 

 

 

Deja un comentario