Uno de los primeros conceptos que introducimos en nuestros cursos de técnicas manuales en Espai Manual, son los signos de exclusión o contraindicaciones de cada técnica.
El dolor es una de las contraindicaciones absolutas o relativas principales para la realización de un Quiromasaje. Este dolor puede ser percibido por todos los seres vivos que dispongan de un Sistema Nervioso.
Para nuestra profesión de terapeuta manual, será muy necesario entender su mecanismo de actuación y cómo interactuar cuando éste está presente.

¿Qué es el dolor?

El dolor es una sensación desagradable que nos alerta de posibles daños o amenazas para nuestra salud. Las causas pueden ser debidas a una gran variedad de factores, desde lesiones físicas a trastornos mentales.

El sistema de dolor de nuestro cuerpo está formado por receptores sensoriales, nervios y centros de procesamiento del cerebro. Los receptores sensoriales que transmiten la sensación dolorosa son los nociceptores o nocirreceptores. Se encuentran en la piel, músculos, tendones y otros tejidos del organismo, y detectan estímulos dolorosos como por ejemplo la presión, el calor y las lesiones. Esta información se transmite al cerebro a través de nervios periféricos, que conectan los receptores con el sistema nervioso central.

Una vez la información llega al cerebro, se procesa en diferentes áreas: el tálamo, el córtex cerebral y la médula espinal. Estas áreas trabajan juntas para interpretar la información del dolor y determinar cuál será la respuesta adecuada.

Generalmente pensamos que el dolor es siempre una situación negativa, pero en realidad nos indica que algo no funciona correctamente en nuestro organismo, es un signo de alarma. Desencadena una serie de mecanismos que tienen como objetivo principal limitar los daños y ayudarnos a superar el estrés que el propio dolor genera.

El daño que se produce a nivel de nuestros tejidos y se pueden clasificar en tres tipos:

  • Mecánico
  • Térmico
  • Polimodal (una mezcla de mecánico, térmico y químico)

Nuestro organismo posee mecanismos que nos permiten responder de forma aún más rápida, alejándonos de la fuente de dolor, este mecanismo es el acto reflejo. Este reflejo procede de una información de respuesta generada a nivel de la médula espinal, por ejemplo, cuando retiramos la mano al acercarnos mucho a una llama.

Podemos diferenciar dos tipos de dolor:

  • Agudo: es el que aparece de forma brusca, con intensidad variable y que puede ser debido a diferentes causas.
    • Traumatismo o lesión
    • Inflamación
    • Enfermedad
  • Crónico: de larga evolución y acostumbra a ser agudo en sus inicios, perdura en el tiempo, variando la intensidad del mismo durante el desarrollo de la disfunción. Este cambio en la intensidad del dolor dependerá de diferentes factores:
    • Emocionales
    • Ambientales
    • Hábitos de alimentación y ejercicio

La percepción del dolor

Está influenciada por factores como la memoria, las emociones y también las expectativas. El recuerdo de una experiencia dolorosa anterior puede hacer que una persona sea mucho más sensible al dolor en el futuro.
Emociones negativas como el estrés (distrés) y la ansiedad pueden aumentar la intensidad del dolor que sentimos.

¿Cómo responde nuestro organismo al dolor?

Poseemos mecanismos que nos ayudan a responder al estrés ocasionado por el dolor y que son de ámbito general a nivel corporal. Son todos aquellos que están asociados mayoritariamente a una reacción del Sistema nervioso Vegetativo Simpático, es decir, los mecanismos que nos facilitan la defensa o la huida: la dilatación de las pupilas, el aumento del ritmo cardíaco, la vasodilatación y el aumento de la secreción hormonal.

¿Cómo tratamos con el dolor a la hora de aplicar Quiromasaje?

Los terapeutas lidiamos con el dolor cada día, y necesitamos un criterio para saber cuándo podemos y cuándo NO podemos aplicar Quiromasaje.
De forma sencilla y sin ánimo de hacer diagnósticos que no nos pertocan, diferenciamos básicamente dos tipos de dolor:

  • Al aplicar presión sobre un punto o una zona con molestia, el dolor aumenta, generando una sensación muy desagradable y rechazo. En este caso no se debe trabajar el Quiromasaje en esa zona o se debe extremar la precaución.
  • Al aplicar presión sobre un punto o una zona con molestia, el dolor aumenta, pero al mismo tiempo promueve una sensación de bienestar. Ej. cuando nos duelen las pantorrillas por sobrecarga muscular o circulatoria y aplicamos presión sobre ellas. Se percibe molestia al principio, pero se convierte progresivamente en una sensación muy agradable de bienestar. En este caso sí podemos aplicar Quiromasaje sobre esa zona, adaptando la presión a la persona que lo recibe.

Debemos tener en cuenta que la percepción del dolor es subjetiva, diferente para cada persona.
En cabina, ante una persona con dolor, saber si dispone de diagnóstico médico es una de las preguntas obligatorias.
Si bien la exploración previa al tratamiento de técnica manual es indispensable en cada caso, cuando hay dolor se vuelve aun más imprescindible, al igual que modular la presión y elegir las maniobras que aplicaremos.

Arseni Sánchez y Marifé López
Espai Manual

 

 

 

 

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