¿Qué pensarías si alguien te dijera que todo tu cuerpo está representado en las manos, la cara, las orejas o los pies?

¿Qué pensarías si se pudiera actuar desde cualquiera de estas zonas, para interferir en el funcionamiento de órganos, vísceras, músculos, etc.?

En esto consiste la reflexología o masaje zonal, en estimular diferentes puntos mediante la presión para reestablecer un equilibrio, a nivel físico, orgánico y emocional.

Los orígenes históricos del masaje zonal se remontan, inevitablemente, a Hipócrates, padre de la medicina occidental que vivió en el siglo v y defensor del masaje en general. Las pruebas más antiguas que se conocen sobre esta práctica, proceden del antiguo Egipto. Se han hallado pinturas de esta técnica en la pared de la tumba de Ankmahor, en Skkarah, conocida como la tumba de los médicos, alrededor del año 2330 a. C.

William Henry Fitzgerald es considerado como uno de los precursores de la reflexología moderna.

Hijo de un inmigrante irlandés, estudió medicina y se especializó en otorrinolaringología, ejerciéndola en la ciudad de Boston a finales del siglo XIX.

Mediante diversas observaciones, el doctor Fitzgerald descubrió que al hacer presión en ciertas partes del cuerpo el dolor tendía a desaparecer y que a veces incluso la causa de ese dolor o malestar tendía a “curarse”.

Llamó a su trabajo “Analgesia de Zonas” y comenzó a experimentar ejerciendo presión en diversas partes del cuerpo con diversos elementos que iban desde los simples dedos hasta el uso de ligas, abatidores y peines de metal.

Gracias a todas estas observaciones creo su teoría de “Zonas” y, junto con el doctor Edwin Bowers publicaron un libro en 1917.El doctor Fitzgerald escribió en la introducción de su libro:

La humanidad está dándose cuenta del hecho de que la enfermedad, en un gran porcentaje de casos, es un error del cuerpo y de la mente…

La reflexología está basada en esencia en esta teoría zonal ya que utiliza las observaciones del doctor Fitzgerald para llegar a la conclusión de que la zona de las plantas de los pies es un punto donde coinciden los meridianos que recorren el cuerpo y que, aplicando presión, se puede alcanzar mejorías en ciertos dolores y alteraciones.

Cimentó las bases de su teoría zonal con la práctica extendida ancestralmente entre los indios americanos de presionar los pies para tratar diferentes dolencias,” lo que se convirtió en la “madre” de la Reflexología moderna, tal y como la conocemos actualmente, a principios del 1900.

Basándose en sus conocimientos anatómicos postuló que el cuerpo es un campo electromagnético, recorrido por 10 corrientes eléctricas que pasan y abarcan todos los órganos, glándulas y demás partes del organismo.

La teoría de la Terapia Zonal sostiene que los tóxicos a los que estamos expuestos cristalizan sobre las terminaciones nerviosas e interfiere en las corrientes electromagnéticas, rompiendo el equilibrio. Al disminuir la energía sobre una zona, los órganos y glándulas, situados en ella, se deterioran.

Otra gran percusora de la técnica fue Eunice Ingham. Nació en Dakota del Sur en 1889 y pasó a trabajar como fisioterapeuta para el Dr. Joe Shelby Riley. Dr Riley was very interested in work that a colleague, Dr Fitzgerald had published on the subject of zone therapy. El Dr. Riley estaba muy interesado en el trabajo que un colega, el Dr. Fitzgerald, había publicado sobre el tema de la terapia zonal. Eunice Ingham took time to research and develop the zone therapy findings and developed her foot theory in the early 1930′s. Eunice Ingham se tomó el tiempo para investigar y desarrollar los resultados de esta terapia y desarrolló su mapa del pie en la década de 1930.

La incansable labor de Eunice Ingham, junto con otros reflexólogos de renombre, como por ejemplo la alemana Hanne Marquardt, llevó la Reflexología hasta donde la conocemos actualmente. Y aún queda mucho por descubrir…

Así podemos definir la Reflexología como una Técnica Manual basada en que todos los órganos y glándulas de nuestro organismo tienen una correspondencia neurofisiológica en alguna otra zona del cuerpo, incluyendo la superficie cutánea, a causa de la organización embrionaria en segmentos que caracteriza a todos los mamíferos.

La observación y la experiencia de muchos médicos y “sanadores” a lo largo de la historia (medicina empírica) ha permitido recoger la información necesaria para gestar una Terapia potente y efectiva.

Algunos de los efectos de la Reflexología en nuestro organismo son:

  • Ayuda al organismo a volver a la homeostasis, al equilibrio.
  • Estimula la propia capacidad del cuerpo para la curación.
  • Estimula el sistema nervioso y mejora la circulación. Ambos sistemas son imprescindibles para que el funcionamiento de los órganos sea el óptimo.
  • Su efecto sobre el sistema nervioso también permite incidir sobre el sistema endocrino
  • Disminuye el estrés

 Contraindicaciones

Si bien la Reflexología es una terapia carente de efectos secundarios negativos, ya que su modo de actuación va dirigido a ayudar al cuerpo a permanecer en equilibrio, existen situaciones que pueden contraindicar la aplicación de la técnica. Muchas de estas contraindicaciones son comunes a cualquier terapia manual. Estas son:

  • Enfermedades infecciosas agudas
  • Patologías que requieran cirugía urgente (litiasis renal, apendicitis, etc.)
  • Inflamación aguda del sistema circulatorio
  • Infección de la piel a tratar (hongos, parásitos, etc.). En algunos casos deberíamos trabajar con guantes
  • Embarazo con riesgo.
  • En caso de embarazo, aunque sea sin riesgo, se evita el primer trimestre y también las zonas correspondientes al área genital
  • Psicosis (crisis)

Las reacciones que podemos observar después de una sesión de reflexología son variadas y dependen de tantos factores, que hace difícil su clasificación.

El estado físico y psíquico del paciente, su capacidad interna de curación y su patrón de conducta harán que el efecto de la terapia se muestre más o menos intensamente. Estas reacciones pueden darse mientras se realiza la terapia, inmediatamente después, durante la noche o al día siguiente e incluso entre sesión y sesión. Debemos valorar entonces, en cada momento y para cada paciente, cuál será la mejor manera de actuar.

Ha de tratarse siempre a la persona en su totalidad, en su situación actual e individual.

Como ante cualquier técnica manual, la reflexología tendrá pues unos resultados que dependerán de muchos factores, algunos de ellos obvios, como por ejemplo, de la calidad profesional del terapeuta, que debe contar con una buena formación; pero también dependerá del paciente, de su salud y vitalidad, de su actitud y de cómo el entorno le afecta en sus procesos vitales.

 

Marifé López
Bióloga y especialista en Técnicas Manuales

Espai Manual

 

 

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