El sistema linfático forma parte, junto con el sistema sanguíneo, arterial y venoso, del sistema circulatorio. El equilibrio entre estos tres componentes es fundamental para el correcto mantenimiento de los líquidos en nuestro organismo, y por tanto para la salud celular y del individuo en su totalidad. Cuando el sistema linfático falla puede acumularse líquido en nuestros tejidos, produciendo un Linfedema.