Un esguince intercostal es una lesión aguda que se produce con cierta frecuencia y que puede darse en personas de distintas edades y actividades. El tratamiento a nivel médico implica calmantes para el dolor y/o antiinflamatorios, pero no se aplica ningún tratamiento local. Por el contrario, sí existen técnicas manuales que pueden aplicarse sobre la zona afectada y que pueden ayudar a aliviar la sintomatología e incluso adelantar la curación.
Lo primero y más importante, es tener un diagnóstico médico que certifique que lo que sufre el usuario realmente es un esguince intercostal y no una fisura o fractura costal, un problema respiratorio agudo o cualquier otra patología que podría implicar una contraindicación para la aplicación de un tratamiento manual.
¿Qué es un esguince intercostal?
Se define como una lesión que afecta a los músculos o ligamentos que están situados entre las costillas, siendo éstas una parte de la caja torácica o tórax.
La caja torácica es una estructura cerrada cuyas funciones son la protección de órganos vitales como los pulmones o el corazón. Está compuesta por huesos, (vértebras dorsales en la zona posterior, esternón en la zona anterior y uniendo estas dos partes, las costillas y sus cartílagos) y por los músculos intercostales que serán los encargados de expandir o recoger las costillas durante la respiración.
¿Cómo se produce un esguince intercostal?
Las causas más frecuentes son:
- Traumatismos directos
- Movimientos bruscos de torsión
- Catarros con tos fuerte y repetitiva
- Movimientos repetitivos
- Posturas incorrectas sostenidas o forzadas, etc
¿Qué síntomas tiene?
- Dolor a la palpación de la zona afectada
- Dolor y/o dificultad al respirar, toser o reír
- Dolor al realizar movimientos determinados, sobre todo el de flexión del tronco
El tratamiento médico es:
- Analgésicos
- Antiinflamatorios
Generalmente el usuario explica que al producirse el mecanismo lesional, sea el que fuere, aparece una molestia soportable, pero al cabo de pocas horas se vuelve insoportable.
En las primeras 48-72 horas es aconsejable la aplicación de hielo varias veces al día para obtener un efecto analgésico y antiinflamatorio. El hielo nunca se aplica de forma directa, sino sobre un paño fino para evitar quemaduras por el contacto directo sobre la piel y es importante no exceder los 15 minutos de tiempo de aplicación. Pasadas estas 48-72 horas, en algunos casos se puede sustituir el hielo por el calor, para aumentar así la vasodilatación de los músculos intercostales y favorecer su relajación.
¿Qué técnicas manuales se pueden utilizar sobre este tipo de problema?
Debemos tener en cuenta la fisiología del organismo y no aplicar técnicas manuales antes de un mínimo de 48 horas. En el momento de producirse una lesión y durante las primeras 48 horas aproximadamente, los mecanismos antiinflamatorios y reparadores propios del cuerpo están a pleno funcionamiento y no se deben alterar ni interrumpir esos procesos.
Técnica fascial
Sea cuál sea la causa que haya ocasionado el esguince intercostal, a nivel fascial encontraremos una restricción, generalmente refleja y defensiva, por lo que la fascia será nuestro punto de partida a la hora de abordar con esta técnica manual..
El trabajo sobre la fascia es muy sutil. Primero colocaremos las manos en “modo escucha” para determinar dónde se encuentra la restricción y mediante ligeros impulsos sostenidos ir corrigiéndola.
Lógicamente esta restricción, la podemos encontrar tanto a nivel de fascia superficial como profunda y por tanto puede trabajarse a los dos niveles.
Drenaje Linfático Manual
Esta es una técnica ideal como técnica antiinflamatoria y antiálgica; por tanto indicada ante problemas agudos como sería un esguince intercostal. En este caso se trabajan las áreas ganglionares que recogen la linfa de la zona afectada: cuello, axila e incluso abdomen. El Drenaje Linfático Manual se caracteriza por sus movimientos suaves, así que no deben producir dolor ni molestia en el usuario.
Quiromasaje
Si podemos, porque el posicionamiento y la molestia nos lo permite, puede realizarse un poco de masaje sobre la zona dorsal. Para ello el usuario se colocará en decúbito lateral, apoyándose sobre el lado no afectado. Una vez relajada la zona dorsal con maniobras como amasamientos y presiones deslizantes, podemos aplicar movimientos suaves de la zona costal.
Repetimos: siempre que no resulten ni molestos ni dolorosos para el usuario.
Vendaje Neuromuscular
Esta técnica es perfecta para un caso como este, donde estamos muy limitados por el dolor. En algunas ocasiones, cuando el esguince es grande o muy doloroso, tal vez es la única técnica que se puede aplicar, pero eso no es un problema, ya que realmente puede ser de gran ayuda.
Si hemos podido aplicar las técnicas anteriores o alguna de ellas, podemos finalizar poniendo un Vendaje Neuromuscular, que potenciará el efecto antiinflamatorio y antiálgico, así como ayudará a mantener la zona «sujeta» y facilitará los movimientos, disminuyendo las molestias de la rutina diaria.
Para colocar este vendaje, podemos primero marcar el punto de máximo dolor colocando un “cross tape” . Así añadimos el efecto terapéutico del cross tape y aseguramos la aplicación correcta sobre la zona afectada. Si el usuario soporta la posición, le pediremos que lateralice hacia el lado contrario al dolor y que mantenga la posición durante la aplicación de todo el vendaje.
Cortaremos tres tiras, una de 20 cm y dos más de 12 cm de largo. La tira más larga la colocamos sobre el punto doloroso. Para ello utilizaremos técnica de corrección de espacio con presión central sobre la costilla afectada y aplicando una tensión en la venda del 50%. Las otras dos más cortas se aplicarán también con presión central y con tensión 50%, anterior y posteriormente al punto de la lesión.
Todos los anclajes deberán colocarse sin tensión.
Imagen extraída del libro - Kinesiology tape manual “aplicaciones prácticas” Autores: Txema Aguirre y María Achalandabaso Editorial: Biocorp Europa
Aromaterapia
El uso de aceites esenciales es un aliado perfecto para las técnicas manuales. En un caso agudo como este, los aceites esenciales antiinflamatorios, como por ejemplo el eucaliptus azul (Eucaliptus citriodora), la gaulteria (Gaultheria procumbens) y la simpreviva o inmortal (Helicrisum italicum) son ideales para su aplicación tanto en mezcla para masaje, como directamente aplicados sobre el Vendaje Neuromuscular (1 gota de cada aceite esencial sobre el punto de máximo dolor).
Estos 3 aceites esenciales juntos generan una sinergia antiinflamatoria y antiálgica potente y efectiva.
Para finalizar este post, queremos hacer hincapié, en la importancia de tener un correcto diagnóstico por parte de los profesionales de la salud y la importancia también de realizar un trabajo multidisciplinar, que sin duda ayudará al usuario a convivir mejor con la sintomatología de esta lesión y a reducir el tiempo de recuperación.
Si estáis interesados, nuestros próximos cursos son:
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Arseni Sánchez y Marifé López
Espai Manual